jueves, 7 de junio de 2012

  MICOSIS SISTEMICAS


Las micosis sistémicas son infecciones cuya puesta de entrada al cuerpo es en general un sitio como el pulmón, el tubo digestivo o los senos paranasales. Tienen la capacidad de diseminarse a través de la circulación sanguínea para producir una infección generalizada.

Principales micosis sistemicas en nuestro pais:



 
HISTOPLASMOSIS

Es una micosis sistémica, endémica en zonas tropicales, subtropicales y templadas. El hongo se desarrolla en el excremento de aves y guano de murciélagos en ambientes cerrados, tales como minas, cuevas, túneles, o en espacios abiertos. La materia orgánica en descomposición, en condiciones de humedad y temperatura adecuadas constituye el nicho ecológico para la fase micelial del hongo y los microconodios constituyen la forma infectante de Histoplasma spp.

 La histoplasmosis puede ser asintomática. La mayoría de las personas que sí desarrollan síntomas tendrán un síndrome seudogripal y padecimientos pulmonares relacionados con una neumonía o con otro compromiso pulmonar. Las personas con enfermedad pulmonar crónica, como el enfisema o la bronquiectasia, están en mayor riesgo de una infección más severa.







PARACOCCIDIOIDOMICOSIS

Es una infección micótica pulmonar primaria que tiende a la diseminación sistémica de órganos profundos y de piel y mucosas. Es una infección endémica exclusiva de América Latina y está limitada a zonas rurales de regiones tropicales y subtropicales. La forma infectante consiste en hifas y conidios de forma redonda u ovalada, cuyo hábitat es la tierra y sustratos vegetales de climas tropicales y subtropicales. Al introducirse los conidios en los tejidos, se transforman en la forma patógena: levaduras redondas multigemantes de base angosta, conocidas como "rueda en timón de barco".

La forma diseminada a piel y mucosas es la más frecuente, siendo estas lesiones la causa de consulta médica y las cuales se caracterizan por úlceras exudativas en mucosa nasal, conjuntival y bucal, principalmente, aunque pueden observarse en cualquier parte de la piel. Las lesiones en el centro del rostro se aprecian con deformación y aumento de volumen, lo que se conoce como “boca de tapir”.



COCCIDIOIDOMICOSIS
La coccidioidomicosis o fiebre del Valle de San Joaquín es una micosis sistémica causada por los hongos dimorfos Coccidioides immitis o C. posadasii. Se adquiere por inhalación de artroconidios y es una infección usualmente benigna, pero en aquellos pacientes cuya inmunidad está comprometida, es severa y fatal. Además de enfermedad pulmonar, la coccidioidomicosis puede diseminarse y causar infecciones en piel, tejido subcutáneo, sistema nervioso central (SNC), huesos, articulaciones, aunque puede afectar prácticamente cualquier órgano. La inmunidad generada por la infección es específica y normalmente se conserva de por vida.
La piel es el sitio más frecuente de coccidioidomicosis diseminada. Se presenta habitualmente semanas/meses después de la infección primaria pulmonar a través de vía hematógena. Las lesiones son variadas: pápulas, nódulos, placas verrugosas, vegetantes, pústulas, úlceras. Pueden ser únicas o múltiples.
Otras manifestaciones cutáneas, de tipo reactivo, sin presencia de formas fúngicas, incluyen: eritema nodoso, exantema agudo ("tóxico"), eritema morbiliforme, dermatitis granulomatosa intersticial y el síndrome de Sweet (dermatosis neutrofílica febril).




BLASTOMICOSIS

 Enfermedad causada por la inhalación de esporas del hongo Blastomyces dermatitidis que cursa con afectación pulmonar que se suele diseminar a través de la sangre a piel, tejido subcutáneo, hueso, próstata, mucosa nasal, faríngea y laríngea.

Se produce una neumonía febril, con tos, astenia y disnea (dificultad respiratoria), primero de esfuerzo y luego continua y progresiva; a menudo congestión e induración de los ganglios cervicales y submandibulares. Los ganglios mediastínicos se muestran radiográficamente como una masa densa en la bifurcación de la tráquea y suelen producir disfagia (dificultad para tragar). También pueden producirse forúnculos, abscesos y úlceras cutáneas, a veces con adenopatía regional; hipopion, panoftalmitis o ceguera no son raros, acompañados de descarga oculonasal.
El proceso, una vez declarado suele ser rápidamente debilitante y mortal.